
El fútbol volvía a Inglaterra, y qué mejor forma que volver a lo grande. El torneo de la regularidad regresaba para terminar la temporada y uno de los duelos más interesantes de la jornada 30 se celebraba ayer en Londres, en el Tottenham Hotspur Stadium entre dos de los equipos del “big 6”: el Tottenham y el Manchester United.
Tras tres meses sin jugar, el cuadro de Mourinho regresaba a su estadio con el único objetivo de conseguir la victoria ante los ‘Red Devils’, que se situaban octavos con 41 puntos. El conjunto ‘spur’ buscaba los 3 puntos para poder acercarse a los puestos que dan acceso a Europa. Por su parte, el equipo de Manchester intentaba el asalto en Londres para acercarse a la Champions. Ocupando la quinta posición, con 45 puntos, el conjunto al que entrena Solskjaer tenía una nueva reválida para intentar llegar a la máxima competición continental.
Hablando de jugadores como Harry Kane, que no jugaba desde el pasado 1 de enero cuando se lesionó en los isquiotibiales, y tras seis meses, Mourinho confirmó que sería titular ante el Manchester United.
Ambos reparten puntos en un partido a todo gas
El equipo de Mourinho fue, como todos los suyos, un ejemplo de practicidad. 100% funcional. El de Solskjaer apostó a la posesión, pero sin la capacidad de trasladar ese dominio a una ventaja tangible. El empate 1-1 fue un justo saldo para el choque de estilos.
El partido comenzó lento, pero a pesar de todo, le bastaron 26 minutos al conjunto londinense para abrir el marcador, con una soberbia jugada del holandés Bergwijn. El extremo demolió en velocidad a Maguire y Fred, para por último vencer a De Gea con un potente remate. Los Red Devils jugaron una primera mitad sin claridad y con muy pocas ocasiones de cara a puerta, con apenas un par de acercamientos al área rival. La momentánea victoria de los Spurs los ubicaba a un punto del United, en la 6ª posición de la Premier League, con 44 puntos.
Los “Red Devils” salvados a 9’ minutos del final
En la segunda mitad, la figura de Bruno Fernandes se hizo notar. Además, el entrenador noruego dio entrada a Paul Pogba, que iba a borrar la sonrisa de Mourinho y que también iba a asociarse con Bruno Fernandes, convirtiéndose en los motores de juego para los rojos. Y así llegó el penalti, a los 81 minutos. Dier desplazó con el brazo a Pogba dentro del área para que el colegiado pitara penalti. Fernandes lo transformó en gol cuando solo quedaban 9 minutos para el final del encuentro.
Minutos después, cerrando el partido, el propio jugador portugués acabó desquiciando a su compatriota José Mourinho al intentar fingir una falta dentro del área del Tottenham que gracias al VAR el árbitro pudo rectificar y anular para que el encuentro acabara en tablas.
Autor: Adrián Tenrero