A veces se gana con un resultado abultado, otras por un marcador ajustado y, en algunas ocasiones, también se vence al rival rematándolo en el último segundo, marcando el gol de la victoria (o empate) en el último suspiro. Y eso es algo único, es una sensación que mezcla tensión, alegría y orgullo por tu equipo por demostrar valentía y coraje, algo que no le faltó el otro día al Real Zaragoza frente al Andorra, doblegado por un gol de Bebé en el 93´.
Esta dinámica, la de marcar goles antes del pitido final del encuentro, es algo que resulta ser habitual en este equipo tan impredecible, pues es en el tramo del partido donde más goles marca (6). Entre las franjas de los minutos 0´-15´ y 45´-60´ , es cuando el Real Zaragoza vive otro sus momentos más pletóricos de cara a puerta (4).

Desde la llegada de Fran Escribá a los banquillos del elenco maño, ha quedado demostrado que el Real Zaragoza nunca se rinde al anotar tres goles pasado el minuto 90´ que le han valido tres triunfos frente a la UD Ibiza (Bermejo, 91´), Villarreal B (Mollejo, 91´) y Andorra (Bebé, 93´). Sin embargo, estas no han sido las únicas ocasiones en las que los maños han obrado el milagro.
Contra el Burgos, aunque en propia puerta, consiguieron marcar en el 90´ para remontar un encuentro en el que habían empezado perdiendo. Pero, posteriormente, en el 92´, Curro Sánchez puso el 2-2 definitivo. El Villarreal B, así como en el partido de vuelta, – Villarreal B 2 – 3 Real Zaragoza: nunca hay que dar al León por muerto – Afición Deportiva (aficiondeportiva.com) – sufrió este `efecto zaragocista´ gracias una diana de un mito aragonés: Zapater. Sin embargo, en el derbi contra el Huesca, pese a que Vada marcó en el 93´, el encuentro ya lo tenían controlado, pues iban ganando 2-0.

Nunca darse por vencido, ley de vida para el Real Zaragoza
Jugará mejor o peor, pero este equipo, consagrado como uno de los mejores de la historia del fútbol español, y que actualmente está en Segunda División, siempre lucha hasta estar exhausto, hasta quedar extenuado.
Actualmente, el león está herido, hundido e incapacitado de espantar a sus presas con su sonoro rugido. Pero, zaragocistas, tened fe, confiad. Este club no es uno cualquiera, es un club que ha peleado con los más grandes y que ha ganado títulos tanto nacionales como europeos. Todo lo bueno, al igual que lo malo, tiene su punto y final, pero el león volverá, y lo volveremos a escuchar rugir, ya que, por muy mermado que esté, nunca se rendirá.