Este sábado podría ser el último partido dirigiendo al Getafe para el técnico madrileño
Desde que Quique Sánchez Flores llegara al conjunto azulón y le salvara tras la delicada situación que atravesaba, ha pasado ya tiempo. Las cosas han cambiado y mucho por el sur de Madrid, y la afición se empieza a desesperar con un entrenador al que en un principio admiraron.
Cogió al Getafe en 2021 colista, y logró lo que para algunos parecía imposible. Un buen mercado de invierno y una serie de victorias consecutivas certificaron la permanencia un año más en primera división. Tras conseguir el objetivo, el club siguió apostado por el entrenador, y firmaron la renovación por dos años más. Decisión acertada para unos, o errónea para otros que ya veían atisbos de lo que hoy en día es un hecho real.

El Getafe, a pesar de la plantilla de calidad que tiene, se encuentra en una situación delicada. En décimo sexta posición, con el agua al cuello, empatado a puntos (17) con el Valladolid, que es el equipo que marca el descenso. Más allá de la posición, lo que preocupa a la afición son los planteamientos y el juego de su equipo. Desde que Quique cogiera las riendas del conjunto azulón su balance en 53 partidos ha sido: 15 victorias 19 empates y 19 derrotas, cifras que no agradan a la afición.
El ambiente está muy caldeado en las últimas semanas por el Coliseum, han sido varios los rumores sobre la posible destitución de Quique, y el partido de este fin de semana contra el Betis es crucial. De no conseguir un resultado positivo, el técnico azulón podría tener pie y medio fuera del equipo.