A pesar de esta medida, la FIFA afirma que el reglamento no se opone al movimiento LGTBI
Era una de las grandes incógnitas de los últimos días en Qatar y se ha zanjado de una manera censurable. Muchos futbolistas, concretamente algunos capitanes de algunas de las selecciones más importantes del torneo, como Harry Kane o Manuel Neuer, habían aseverado que en sus partidos iban a portar el brazalete arcoiris para defender los derechos de la comunidad LGTBI en un país, donde la homosexualidad esta condenada con pena de muerte.

Durante estos días, se especulaba con que las sanciones por parte de la FIFA podían ser económicas. Sin embargo, Infantino ha ido más allá y ha avisado a los jugadores que el hecho de reivindicar aspectos sociales en los encuentros, como el apoyo a la comunidad LGTBI, conllevaría sanciones deportivas, concretamente el apercibimiento con tarjeta amarilla para aquel jugador que portase dicho brazalete. Además, la FIFA ha señalado que “el reglamento es igual para todos”.
Ante esta medida, los futbolistas han decidido acatar las imposiciones de la FIFA, alegando que “habían dado apoyo de manera pública a estas causas, pero que no pueden poner en riesgo su curso deportivo durante la cita mundialista”. La razón por la que las selecciones no han podido continuar con su intención inicial ha sido principalmente porque a la segunda tarjeta amarilla que vea cualquier jugador durante el campeonato acarrea la sanción de no poder disputar el siguiente encuentro. De igual forma, Inglaterra, por ejemplo, hará el gesto reivindicativo del Blacks Live Matter antes de que comiencen sus respectivos partidos.