El escolta de los Warriors anotó 10 triples y lideró a su equipo en la victoria ante los Houston Rockets
Todos los aficionados del baloncesto tienen en el recuerdo a aquel Klay Thompson que necesitaba un par de botes para anotar un triple y dejar a sus rivales con la sensación de que no podían parar a ese superhéroe con la capacidad de anotar triples en cualquier parte de la cancha.
Ese Klay volvió anoche. En solo 36 minutos, Thompson anotó 41 puntos, metió 10 triples de 13 que intentó (76% T3), y lideró a unos Warriors que volvieron a recuperar su mejor nivel y que hicieron que Curry no estuviese solo. Más allá de Klay Thompson, todos los titulares volvieron a su mejor nivel, cumpliendo el rol que antaño les hizo ganar 4 anillos.
A pesar de estar acompañado, Curry volvió a firmar otra actuación para el recuerdo. El base anotó 33 puntos, dio 15 asistencias, cogió 6 rebotes y anotó 7 triples de 14 intentos (50% T3). Más allá de su gran actuación, volvimos a ver un Curry eufórico, disfrutando con cada triple que anotaba, mirando con nostalgia y felicidad cada uno de los 10 triples que anotó y deleitándose con cada acción que cortaba Draymond Green.

El trío de jugadores que tantos triunfos han dado al equipo de la bahía de San Francisco ha vuelto. Aunque las aportaciones más vistosas fueron las de los Splash Brothers, una vez más, Draymond Green se puso el mono de trabajo e hizo todo aquello que es necesario para ganar un partido y que no se refleja dentro de las estadísticas. Green finalizó el partido con 4 puntos, 8 asistencias y 6 rebotes.
A este trío de la historia se les unió hace un tiempo un jugador del que se esperaba mucho y que necesitaba una redención. Andrew Wiggins llegó a los Warriors hace 4 temporadas. En esas cuatro temporadas, y especialmente en la pasada temporada, Wiggins fue un pilar fundamental en los Warriors y demostró por qué fue número uno del draft. Al igual que sus compañeros, Wiggins no empezó la temporada de la mejor manera pero la noche de anoche fue, algo que no se puede explicar. El canadiense firmó ante los Rockets su mejor partido de la temporada anotando 22 puntos, cogiendo 6 rebotes y anotando 6 triples de 11 intentos (54% T3).

La nota discordante de la melodía que fueron los Warriors fue, una vez más, Jordan Poole. El base jugó 25 minutos y únicamente tiró 8 tiros, 2 de ellos triples. De esos 8 tiros únicamente anotó 3 (37% Tiros de campo). Nadie duda del talento de Poole, pero desde que inició esta temporada, es un jugador totalmente desdibujado.