El Atlético de Madrid vive una etapa complicada dentro de la “era Simeone”. Tras casi 11 años al frente del conjunto rojiblanco, se aprecian las primeras brechas serias entre el argentino y su afición. Numerosos motivos han llevado a esta situación, pero sin lugar a dudas la pasada temporada y el mercado de fichajes veraniego han acrecentado los problemas.
El desgaste en una unión tan extensa se entiende como algo natural, pero la realidad para el Atlético de Madrid es que los cara a cara entre afición y equipo suponen un problema mayúsculo. Desde la llegada de Simeone, los partidos en el Vicente Calderón se convirtieron en una pesadilla para los rivales. Aquello era un fortín inexpugnable del que era complicado salir vivo, pero ahora, con el paso del tiempo, la realidad es otra.
La comunión entre el equipo y la afición ya no es la misma. La crispación, el nerviosismo y la ansiedad que se vive en las gradas cuando las cosas no salen bien acaba transmitiéndose a los que están sobre el campo. Algo que lo único que provoca es que las cosas sigan sin salir bien. Y que, por ende, los partidos en el Cívitas Metropolitano puedan llegar a convertirse en una pesadilla cuando deberían de ser lo contrario.

Los datos no engañan
Así lo reflejan las estadísticas. En Liga, de 10 jornadas disputadas (5 como local y 5 como visitante), los de Simeone han logrado 7 puntos de 15 en el Metropolitano por 13 puntos de 15 lejos de casa. Los colchoneros se han dejado 8 puntos como locales ante Villarreal, Real Madrid y Rayo Vallecano. Por el contrario, actuando como visitante, el cuadro rojiblanco ha estado cerca de hacer pleno, solo el arbitraje en el Reale Arena fue capaz de impedirlo.
Pero si esta situación preocupa, el problema se hace de dimensiones mayores cuando se habla de Champions League. De los últimos 10 partidos disputados como local en la competición europea (sin contar el partido en Rumanía ante el Chelsea), el Atlético de Madrid solo ha sido capaz de ganar 2 encuentros. El 3-2 ante el Salzburgo en la fase de grupos de la temporada 20-21 y el 2-1 ante el Oporto en la presente edición de Champions. El resto de encuentros se saldan con 6 empates y 2 derrotas.

Caprichos del destino
La reflexión llega a un punto curioso si nos seguimos adentrando en los datos. Históricamente el vínculo entre el club y la afición es motivo de envidia para muchos, calificándose a la hinchada colchonera como una de las mejores del mundo. Equipo y grada eran uno y la conexión entre ambos era esencial para resurgir en los momentos complicados.
Pues bien, la última Liga conseguida por los de Simeone coincide con una temporada en la que los estadios estaban vacíos por la pandemia. Por si esto fuera poco, el número de puntos obtenido por los colchoneros en el Metropolitano es el segundo mejor registro de la etapa Simeone (48 puntos de 57 posibles) y el mejor desde la mudanza al nuevo estadio.
Caprichos del destino o realidad de un problema que crece con el tiempo. Lo que está claro es que, lo que un día fue un fortín, hoy parece estar destinado a convertirse en ruinas.