La noche del miércoles el estadio de Anfield acogía uno de esos partidos que en la competición europea gusta ver y disfrutar. Se preveía un gran duelo y con muchos goles, aún más con el partido de ida donde el equipo inglés metió cinco. Esta noche el papel de ambos equipos cambió: un Liverpool desaparecido se veía dominado frente a un gran Atalanta. El equipo italiano conseguía plantear un partido muy bueno en defensa, además de mejorar la creación del juego para permitirle llegar al área rival con facilidad. Los ingleses jugaron posiblemente uno de los peores partidos de la era Klopp.
Durante los primeros minutos del partido la tónica que se reflejaba sería la que se desarrollaría durante todo el encuentro. Se vio un bonito duelo en el que ambos equipos llegaban a campo rival, aunque sería el Atlanta quien conseguiría finalizar las ocasiones entre los tres palos y poner en apuros al guardameta brasileño del Liverpool. El equipo inglés no remataba los acercamientos creando una situación extraña para un equipo tan ofensivo. Tanto fue el gran juego del equipo italiano que Wijnaldum, única referencia para la creación de jugo en la medular, no consiguió tener participación durante muchas partes del partido.
Durante la primera mitad, se pudo observar al Atalanta practicar una presión alta, creando peligro en área rival, con una defensa muy atenta y segura y con una gran circulación de balón. Por su parte, al Liverpool, desaparecido y muy frío, le faltó creatividad en el centro, por lo que se notó la ausencia de Thiago. Además, fueron poco incisivos en ataque y los jóvenes defensores se mostraron dubitativos en las acciones defensivas y en la salida de balón. El equipo inglés no disparó entre los tres palos durante la primera parte.
El segundo periodo comenzaba con la misma tónica que se vio en la primera mitad. Los jugadores de Klopp intentaron reaccionar y, cuando mejor parecía que estaban, un gran centro del Papu Gómez dejaría el balón para Ilicic que abriría el marcador del duelo. Si bien es cierto que tardaron muchos minutos en abrir la lata, el gol era totalmente merecido para los italianos.
Frente a la mala situación que estaba viviendo el equipo inglés, Klopp decidió hacer cuatro cambios a la vez a falta de 30 minutos para el final con el objetivo de remontar el encuentro: Robertson, Fabinho, Firmino y Diogo Jota. No obstante, el Liverpool no conseguiría acercarse a la portería defendida por Gollini. Cuatro minutos después, una serie de rebotes permitiría al ‘Papu’ Gómez poner un gran balón al área para que Hateboer dejara solo frente al portero a Gosens para poner el 0-2 en el marcador y dejar sentenciado el encuentro.
Un partido muy diferente al de hace tres semanas. El Liverpool deja escapar un partido que le daba la clasificación a octavos y que dejaba al equipo sin preocupaciones europeas hasta Febrero.