Seguramente si hace 2 o 3 semanas alguien hubiera dicho que el CD Leganés iba a llegar con vida a la última fecha del campeonato le hubiéramos tomado por loco. Era muy difícil pensar que este equipo pudiera sobrevivir al duro final de calendario que le esperaba, que sin sus dos delanteros titulares desde ener pudieran aguantar de pie hasta el final, pero lo han hecho.
El equipo sólo ha estado 1 jornada fuera de los puestos de descenso: de las 38 fechas que tiene el campeonato sólo en la jornada 22 los pepineros descansaron fuera del infierno, aunque empatados a puntos con el Mallorca. La temporada, desde la jornada 1, ha sido un sufrimiento para todos los pepineros, y el regreso a la competición tras confinamiento no ha sido menos. Necesitaron 7 partidos para sumar su primera victoria en la nueva normalidad y perdieron puntos fundamentales contra rivales directos. Parecía imposible levantar la situación: el Celta sumaba de tres en tres y el Leganés, además, perdía por una misteriosa lesión a su guía hacia la salvación, el hombre que se echó el equipo a la espalda en enero: Óscar Rodríguez.
Pero con toda esta épica, el Leganés se aferró a Primera; nadaron contra corriente y están muy cerca de alcanzar la orilla. En los últimos 4 partidos no han encajado ni un solo gol y han vencido a equipos como Valencia y Athletic, metidos de lleno en la lucha por Europa. Ahora sólo 1 punto les separa de la gloria, pero no dependen solo de ellos mismos. El Leganés necesita vencer al campeón y que el Celta no sume de 3 frente al ya descendido Espanyol: una auténtica utopía, pero llegar hasta aquí ya era una utopía hace dos semanas. Tan cerca de la gloria y a la vez tan lejos.
El domingo veremos si esta épica historia tiene un final feliz.