El técnico francés consigue su 11º título como entrenador del Real Madrid, situándose a un solo trofeo de Miguel Muñoz, entrenador de la historia del club blanco que ostenta más títulos

Tras la consecución del título de Liga por parte del Real Madrid, se buscan a los responsables del éxito del cuadro blanco. Los jugadores han sido claves en la conquista del Campeonato Nacional de Liga, pero los futbolistas han necesitado la llave para abrir la puerta del camino hacia la Liga y esa llave la ha tenido Zinedine Zidane durante toda la temporada.
EL INICIO DE TEMPORADA NO FUE EL COMIENZO IDÓNEO
En unos días, se cumple el aniversario del partido en pretemporada contra el Atlético de Madrid, que encendió todas las alarmas en la directiva blanca tras la goleada histórica del cuadro dirigido por el Cholo Simeone (3-7) al conjunto ‘merengue’. En aquel día, la temporada parecía que iba a ser similar a la anterior, ya que el Real Madrid caminaba sobre la ‘orilla’, sin objetivos en el horizonte. Nadie creía ni en Zidane ni en los jugadores, ya que muchos pensaban que el ciclo de la plantilla había finalizado.
El inicio de temporada no fue el más oportuno. Los detractores de Zinedine Zidane pedían la cabeza del técnico francés después de la derrota del Real Madrid en el Parque de los Príncipes frente al PSG (3-0). Zidane, jugándose su puesto en Turquía, volvió a demostrar su personalidad innata alineando a Fede Valverde en el once inicial de aquel partido. Cuando Mourinho estaba preparado con las maletas en Londres para desplazarse a Madrid, los jugadores imaginaron al entrenador luso en Valdebebas, reaccionaron y salvaron el ‘match ball’ que tenía el técnico francés ganando el encuentro contra el Galatasaray (0-1).
ZIDANE DIO LA VUELTA A LA SITUACIÓN Y EL MADRID COMENZÓ A COMPETIR ADECUADAMENTE
A partir de aquel encuentro, el rumbo del conjunto ‘merengue’ cambió y empezó a ser un equipo sólido. Zidane cambió el modelo del equipo, basado en un estilo defensivo a falta de un ‘killer’, que anotase 40-50 goles por temporada. El ‘Cholismo’ se consagró como el nuevo modelo de juego del Real Madrid y funcionó. Un empate en el Wanda Metropolitano (0-0), una victoria en el Estadio Ramón Sánchez Pizjuán (0-1) y un empate, con sabor a victoria, frente al PSG (2-2) parecía presagiar aquel Real Madrid que el entrenador francés dejó tras la consecución de la ‘Decimotercera’. Antes del parón navideño, el Camp Nou esperaba al conjunto madridista en un ambiente hostil marcado por la sentencia del ‘Procés’, pero Zidane sacó, de nuevo, su maestría psicológica para concentrar a los jugadores en una victoria vital para LaLiga. Dos penaltis no señalados por Hernández Hernández ni por el VAR evitaron la victoria en el Camp Nou, pero el Real Madrid demostró que esta Liga no iba a finalizar con un desenlace similar a los dos campeonatos anteriores porque Zidane quería este campeonato por encima de todo.
Después de Navidad, llegó la Supercopa de España. A Zidane le gusta desconcertar a sus rivales y para ello se inventó un nuevo sistema de juego: 4-5-1. La innovación de los cinco centrocampistas salió de manera perfecta, ya que el Real Madrid, de la mano de Zidane, volvía a recuperar el sabor de conseguir un título más de un año después. Tras la Supercopa, el cuadro ‘merengue’ daba un golpe encima de la mesa de cara a la consecución de la Liga tras ganar dos partidos esenciales contra el Sevilla FC y el Atlético de Madrid en el Estadio Santiago Bernabeú, mostrando su candidatura para la competición doméstica.

Pero no todo fueron camino de rosas, ya que el encuentro en el Ciudad de Valencia supuso un frenazo a las expectativas blancas tras la derrota de los chicos de Zidane contra el equipo ‘granota’ (1-0). Además, los jugadores de la plantilla blanca recibieron dos golpes duros: la eliminación en la Copa del Rey frente a la Real Sociedad y la derrota contra el Machester City (1-2) en la ida de los octavos de final de la Champions League.
Cuando las sombras de la temporada pasada afloraban en el Estadio Santiago Bernabeú, el FC Barcelona llegaba al feudo blanco para sentenciar al Real Madrid y a Zidane. Pero el Barça no sabe que Zidane tiene siempre un as guardado bajo la manga y que cuando su situación no es favorable, sus jugadores muestran la cara por él porque sus futbolistas sí que creen en el entrenador galo, a diferencia de otros…Y sino que se lo pregunten a Setién. El conjunto ‘merengue’ derrotó al FC Barcelona (2-0) en el partido de la segunda vuelta de LaLiga, con goles de Vinícius y de Mariano. En el siguiente encuentro, el Real Madrid volvía a demostrar su peor cara, cayendo derrotado por el Betis (2-1) en el Estadio Benito Villamarín y perdiendo el liderato en favor del FC Barcelona.
LOS SECRETOS DETERMINANTES PARA LA CONSECUCIÓN DE LA LIGA
Llegó el parón por la pandemia y a partir de ese momento, Zidane y los jugadores tomaron ventaja para conseguir LaLiga. El vestuario se unió por un objetivo, el 34º título de Liga, y estaban convencidos de que lo iban a lograr. Durante el confinamiento, la pieza clave fue Sergio Ramos. La buena relación entre capitán y técnico ha sido trascendental para la unión de todo el vestuario y que todos los jugadores remasen en la misma dirección. Ramos tomó la palabra y convenció a toda la plantilla de que había que reducirse el sueldo por los perjuicios económicos motivados por el Covid-19 y los jugadores aceptaron, sin discrepancias. Todo lo contrario sucedió en ‘Camp Barça’, lo que provocó distancias en el vestuario en el momento más importante de la campaña. El staff técnico de Zizou realizó un trabajo insistente y muy productivo para que los jugadores no perdiesen su estado óptimo de forma durante el confinamiento.

Con la desescalada, los futbolistas del Real Madrid volvían a los entrenamientos y Zidane conjuró a todos sus jugadores para transmitirles un mensaje clarísimo: ‘Si ganamos los once partidos, seremos campeones”. La preparación para la ‘Liga de los once partidos’ fue dura, pero clave. A partir del reinicio, el sprint final de temporada del conjunto dirigido por Zidane fue majestuoso. El FC Barcelona, con tres empates, fallaba y el Real Madrid no iba a perdonar aquellos pinchazos del conjunto ‘culé’.
Diez victorias consecutivas han bastado para certificar el 34º título de Liga, con una plantilla muy similar a la de la temporada pasada, aquella que fracasó estrepitosamente. Zidane ha hecho resucitar a jugadores que parecían estar desahuciados: Modriç, Courtois, Kroos, Carvajal, Casemiro, Marcelo o Sergio Ramos. Zidane ha demostrado su confianza en la columna vertebral del equipo, con la que conquistó tres Champions League consecutivas. Muchos pretenderán quitar méritos a Zidane y a su equipo, achacando a la ‘flor’ del técnico francés o a los beneficios del Real Madrid con los árbitros y el VAR.

Sin embargo, la única verdad es que Zidane ha vuelto a rescatar al conjunto blanco para situarlo, de nuevo, en la cima del fútbol español. El técnico francés ha sacado, una vez más, la mejor versión de la mayoría de sus futbolistas, a excepción de Bale y James, que han sido las dos ‘ovejas negras’ del entrenador galo durante la temporada. Solo queda demostrado que Zidane es el mejor entrenador que puede tener el Real Madrid, ya que tiene una estadística que así lo confirma: el técnico francés gana un título como entrenador en el conjunto blanco cada 19 partidos.